jueves, 20 de enero de 2011

Pinceladas de piel.


Esbózame. 

Delinea mi contorno con tus manos:
cada rasgo, cada curva, cada pliegue,
yo.

Atrápame. 

Entre tus brazos sedientos,
henchidos de desencanto y de arrebato,
hartos de todo y de nada,
ansiosos de carne,
de mí.

Siente,
            poco a poco,
cómo a veces es fácil,
creerse las mentiras
y dejarse llevar,
entrelazados,
por el fastuoso mundo de la confianza
y de lo amargo. 

Piensa,
            herido en guerra,
que no hace falta ser eternos combatientes,
que a veces basta con ser dos
para que el mundo aparezca en tu montera
y que qué más da el amor
si es otra noche entera,
si mientras tú me tocas
no te importan las muertes
ni existen los despojos
ni hay ya poesía muerta
            ni desidia
y sólo existe el miedo

            -más de mí que de ti, más de nadie y de cualquiera-

a que te canses.

jueves, 6 de enero de 2011

Marejada

<Este poema, como el anterior, en realidad se encuadra en una especie de serie que un día llamé  Premoniciones de pasado en sí bemol, y que va seguida por otra llamada Recuerdos de futuro sostenido. No sé si las pondré todas o no, pero es la explicación a lo de los números romanos como título. Lo de Marejada no tiene mucho que ver... me gusta, simplemente. Voilà. >

II

Hoy por hoy,
ya no somos esos dos
que un día fuimos,
cuando el somos como tal tenía sentido.

Hoy por hoy,
tan sólo somos bruma;
o mejor dicho…

                      Yo soy yo;

tu recuerdo, sólo espuma.